3 cambios que he experimentado en mi día a día al cortar con la corrupción
1.MÚSICA
¿A quién no le gusta sentarse en el tren, ponerse los cascos y mirar por la ventana mientras disfruta de un momento de desconexión? Todos tenemos esa música que nos inspira, que nos transporta a otros lugares y que nos trae recuerdos. Pues yo no soy menos; tengo mucha música de este tipo en mi ordenador y mi iPod. Bueno, corrijo, tenía. Cuando decidí cortar con la corrupción unos días atrás, decidí borrar toda la música pirata que tenía. Sí, me he quedado con 4 canciones. Yo también estoy triste. Pero son canciones por las cuales pagué y, a partir de ahora, usaré Spotify o pagaré por toda esa música que mejora mis momentos ahí donde esté.
2.CONTENIDO INTELECTUAL
Soy estudiante universitaria. Sí, os compadezco mis compañeros estudiantes universitarios por todas aquellas noches dedicadas al estudio pero sobretodo por aquellas horas interminables realizando trabajos eternos. Sí, os entiendo, después de buscar, analizar y plasmar toda esa información en el trabajo lo que más pereza da es tener que citar y referenciar autores. Pero…¿por qué nos parece tan mal robar algo material pero tan normal robar el contenido intelectual de otra persona? Desde que corté con la corrupción, he aprendido a citar y referenciar de manera correcta. Pero, más importante aún, he aprendido a valorar el esfuerzo y las ideas de los demás.
3.SERIES
Me encanta. Me encanta sentarme en el sofá, ponerme la manta encima y morder la pizza de cuatro quesos recién sacada del horno. Pero falta algo para que sea el momento perfecto: mi serie favorita. Yo soy de esas personas que mira las series en el ordenador porque lo que me gusta es The Good Wife, The Amazing Race, Los 100, es decir, series que no dan en la televisión pública aquí. Pero, desde que corte con la corrupción, he decidido mirar series y programas que dan en la televisión pública y, tengo que decir que, he encontrado algunos que no están nada mal: Top Chef, La Voz, Zoo, etc. Pero, ¡espera!, quiero que sepas que en cuanto tenga los ingresos suficientes, pagaré por ver las series que tanto me entusiasman.
Sí, existen inconvenientes. ¿Pueden las series de la televisión pública sustituir mis series favoritas? No. ¿Puedo disfrutar de las mismas 4 canciones como hacía antes con las 200 que tenía? No. ¿Me sobra el tiempo para citar y referenciar las ideas de las decenas de autores que leo para hacer un trabajo? Tampoco. Pero yo quiero una sociedad mejor y creo que todo empieza por mí y por ti. Hace diez días corté con la corrupción y, sí, hay cosas en mi vida que han cambiado, a mejor.