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¿Tú le das valor a la marca al comprarla o la marca te da valor a ti al llevarla?

¿Tú le das valor a la marca al comprarla o la marca te da valor a ti al llevarla? Con esta pregunta quiero reflexionar sobre la identidad personal, un concepto líquido en nuestra sociedad. Lo que hace un tiempo nos daba identidad, que era la pertenencia a una familia, o la pertenencia a un pueblo, o incluso una espiritualidad, van dejando paso a otros conceptos más líquidos y uno de ellos son las marcas que llevamos. El llevar una determinada marca es un acto de ostentación, por ello la marca ha dejado de ser algo que aludía a la calidad del producto y que se llevaba en el interior del producto y ha pasado a ser algo que hay que mostrar, que está en el exterior del producto, con letras grandes, para que otros, desde lejos puedan ver que soy alguien que ha llegado a poder permitirse llevar esta marca. La marca me da valor, me hace ser una persona que ha conseguido un escalón más, a distinguirme de los que no pueden llegar a este nivel. Estoy dispuesto a convertirme en hombre o mujer anuncio a cambio de mostrar una señal de estatus.

Pero ¿y qué de los que no pueden ostentar la marca? Pues no van a conformarse en ser ciudadanos de segundo nivel, de clase inferior. Eso es lo que ha llevado al fenómeno de los productos falsificados, de los que aparentan la apariencia. Anualmente millones de personas en el mundo compran productos falsificados conscientemente, forman parte de la industria del engaño, de la apariencia, con el fin de ser personas con una identidad normalizada, aunque sea con infracción de propiedad industrial.

En #CortoConElla quisiéramos que pensaras en lo que te da identidad. Te animamos a la construcción de una identidad sobre algo que no te puede ser quitado. Curiosamente la identidad por la que pagas, ya sea que tengas el producto original o el falso, es una identidad que puedes perder. Pero la identidad que está construida en ser un Hijo de Dios, es algo que ganó Cristo al vencer a la muerte en la cruz y al resucitar de la tumba. Esa es una identidad que Dios te regala y que no puedes perder. La identidad que tú pagas es efímera y aparente, la identidad que jamás podrás pagar y que recibiste como regalo es para siempre, e incluso vivirá más allá de la muerte.

Di no a los productos falsificados. Di no a tener una identidad por la marca que compraste. Corta con ella.


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