ÚNETE A LA CONVERSACIÓN: Una pequeña crónica del foro debate en Tres Cantos (Madrid)
El sábado 21 de mayo, a poco más de un mes para la repetición de las Elecciones Generales en España, tuvimos la oportunidad de pasar un tiempo juntos debatiendo sobre corrupción, un tema de plena actualidad, y de cómo ésta afecta a nuestra vida cotidiana. La campaña #CortoConElla puso el tema sobre la mesa, y la Asociación Global Ventures creó el entorno apropiado donde no faltaron medios técnicos, un espacio confortable y coffee break –aprovecho para agradecerles de nuevo todo el esfuerzo que, sin duda, nos hizo sentir como en casa.
Espero que a estas alturas hayamos aprendido la importancia de ir a votar, en conciencia y con responsabilidad. Pero sobre todo, teniendo en cuenta que nosotros somos el reflejo de aquellos que luego nos representan, me gustaría dejaros con algunas reflexiones que estuvieron presentes entre nosotros en el debate. Formábamos un grupo intergeneracional y de distintas naciones (Alemania, Perú, Chile, USA, Brasil, Canadá, España, Camerún, Méjico, Guinea Ecuatorial, Argentina, Venezuela, Bolivia y Ecuador) que decidió aquel día intentar mejorar continuamente todo lo que hace, tanto de forma colectiva como individualmente. Aquí concentro lo mejor de aquella experiencia.
En primer lugar aprendimos a no limitarnos únicamente a la crítica, ni a solo exigir nuestros derechos y el cumplimiento de las leyes para las “altas esferas”; sino a crear también una nueva perspectiva: Representar un compromiso hacia los comportamientos positivos que nace de nosotros mismos y que comience a forjar confianza, promueva el respeto y demuestre integridad:
La confianza como fundamento, porque una sociedad se afianza sobre la base de la correspondencia, en el entorno de la comunidad, de actos de unos a otros… Y esta confianza puede destruirse fácilmente con la picardía, el fraude, la treta y el incumplimiento de los compromisos y las leyes. Promover un respeto que se exprese en una buena comunicación entre nosotros (transparente, sin hipocresía) que trate con honra al prójimo y aprenda a escuchar sus ideas. Y una integridad que haga ver en nuestras acciones una coherencia con nuestra noción de lo que es justo y honesto.
Respetando este compromiso, hablando en libertad con transparencia y asumiendo nuestra parte de responsabilidad, vamos a ir produciendo y manteniendo el valor de estos principios en las distintas esferas de acción de nuestras vidas. Es importante tener siempre presente que dependemos de nuestros esfuerzos en conjunto. Trabajando codo con codo podemos garantizar que estos principios sean los cimientos para generar una nueva cultura de la legalidad.
En segundo lugar dimos un repaso a diferentes personajes que a lo largo de la historia fueron verdaderos agentes de cambio y que nos inspiran y nos retan a nosotros hoy. Ejemplos de cómo es posible ir más allá de la “moralidad convencional” de la época y transcenderla por completo generando un movimiento de cambio. Hablamos de Jesús de Nazaret, Gandhi, Desmond Tutu, Martin Luther King, Nelson Mandela, que introdujeron formas nuevas y esenciales para responder a lo que no era justo. Confrontaron al sentido común que imperaba. Fueron espontáneos, sorprendentes e imprevistos; extendieron la apreciación normal de las cosas y la visión común.
Ahí donde había algo podrido y oscuro, fueron esa sal que comenzó a dar sentido y a preservar las cosas para evitar que siguieran pudriéndose. Y esa luz que atravesó como un rayo la sociedad y comenzó a poner fin a tiempos de tinieblas. Queremos identificarnos con ellos.
En tercer lugar hablamos de la esencia del movimiento #CortoConElla como un método activo y creativo para hacer frente a la corrupción que gobierna nuestra vida. Un movimiento que no intenta vencer con más de lo mismo (crítica, el “y tú más”…), sino que nace de la libertad del individuo demostrando ser un ser no dominado por el sistema corrupto. Que lejos de parecer tonto, débil, hipócrita… expone a uno mismo en un esfuerzo por los demás; y eso es un acto noble que demuestra mucha valentía y fuerza, a la vez que deja expuesta a la corrupción como lo que realmente es.
Está claro que el mensaje de #CortoConElla, teniendo en cuenta los tiempos que corren, deja a todos confrontados, inquietos, descontentos; y me encanta. A los que eligen y aman la corrupción, este mensaje les resistirá, fastidiará y repugnará. Y a aquellos que prefieren sucumbir y adaptarse al status quo, quedarán inquietos, agitados y nerviosos pensando si algún día ellos pudieron hacer algo por cambiar las cosas.
Es aquí donde muchos que están leyendo este artículo pueden pensar que estoy loco. Que todo el equipo y personas que han decidido comprometerse y decir “corto con ella” hacemos el ridículo. Que este es un mensaje ilusorio que nunca tendrá efecto. Y yo les diré que si, que puede que tengan razón. Pero, ¿qué podemos esperar entonces? Bien, que todo siga igual o peor en nuestra sociedad.
¿Qué ocurriría si muchos de nosotros empezáramos a creer que es posible una sociedad mejor e hiciéramos un “corto con ella” en toda regla? ¿Qué pasaría si este movimiento tuviera razón, y aunque radical y con necesidad de fe, fuera realmente transformador? ¿Qué podemos dar hoy para vivir en un mundo mejor? ¿Vale la pena? Os invito a la reflexión, el debate sigue abierto…
